La imagen reproduce la portada del nímero 647 de la revista "Bambalinas" del 06 de setiembre de 1930. El original pertenece a la colección privada de Roberto Famá coleccionesteatrales@gmail.com
El Autor y su época
Eduardo Pappo (1897 – 1965)
Es el año 1930, hay crisis financiera mundial y en Argentina el gobierno de Hipólito Irigoyen tambalea ya pronto a caer por un golpe militar. El Teatro en Buenos Aires también tiene su crisis de identidad y calidad y es tiempo de parir lo nuevo. Don Leonidas Barletta anda creando ya su histórico “Teatro del Pueblo” y Eduardo Pappo, que tiene 33 años y traduce cuentos y novelas del italiano para la Editorial Atlántida, hace entonces su primer intento como dramaturgo. Llega el 8 de agosto y en el “Teatro Buenos Aires”, (hoy sala desaparecida, actual av 9 de Julio, ubicado en lo que fuerra Cangallo 1052) un actor que ya es “marca registrada”, Don Enrique Muiño, se dispone a estrenar “Gaetano” primera obra y primer éxito de Eduardo Pappo. Tal fue el éxito que un mes después, la reconocida revista teatral “Bambalinas” le dedica su número 647 (ver imagen) que sale a la calle justamente el 6 de setiembre de 1930 cuando Uriburu toma por asalto el gobierno del país.
1932 “La Cantina de Pabolo Andonio”
1935 “La rabia de Don Batista” y gana el premio del Diario la Montaña por su obra “La Señorita Ortiz” y el mismo año estrena “El rey del Querosén” que es premio municipal.
1936 “Casado verte pronto quiero” y luego “Gaspar de la cruz”
1942 “Don Antonio”
1943 “La Carga de los Cobardes”
1952 “La Casa sin Alma”
1953 “Hombres en mi Vida” Premio Argentares que se mantuvo un año en cartel.
1954 “¿Casarme yo? ¡Nunca!” y “Variaciones Sobre un Mismo Tema”
1955 “Carne Pecadora”
1956 “Esta es mi Familia” y “Sucedió en Primavera”
1963 “Cuidado con el Pintor”
La Nación 9 de Agosto de 1930
“El autor ha compuesto indiscutiblemente un trabajo plausible, superior al término medio de la producción que aflige a nuestro teatro de un tiempo a esta parte. Un trabajo en el que se advierte una intuición del interés dramático, una honesta preocupación por levantar la calidad de la intriga con recursos decorosos, un conocimiento del “metier” hasta en ciertas concesiones, una visión …."
ENRIQUE MUIÑO
Formó una pareja artística inolvidable con Elías Alippi; fundó Artistas Argentinos Asociados en 1941; murió casi en la miseria y olvidado, porque su pública adhesión al peronismo lo condenó al ostracismo tras la caída del gobierno de Perón. Fue uno de los actores más representativos de su época, que dejó inolvidables composiciones actorales tanto en el teatro como en el cine. Nació el 5 de setiembre de 1881, pero no está definitivamente determinado el lugar de su nacimiento, que algunos ubican en Galicia, España; y otros, en el porteño barrio de Congreso.
ENRIQUE MUIÑO
Formó una pareja artística inolvidable con Elías Alippi; fundó Artistas Argentinos Asociados en 1941; murió casi en la miseria y olvidado, porque su pública adhesión al peronismo lo condenó al ostracismo tras la caída del gobierno de Perón. Fue uno de los actores más representativos de su época, que dejó inolvidables composiciones actorales tanto en el teatro como en el cine. Nació el 5 de setiembre de 1881, pero no está definitivamente determinado el lugar de su nacimiento, que algunos ubican en Galicia, España; y otros, en el porteño barrio de Congreso.
Pasó siete años embarcado como grumete de la Armada, adonde su padre lo mandó ante su negativa a desempeñarse como ayudante en un almacén. Pero aún en la temprana juventud, la pasión de Muiño por el teatro ya había marcado el rumbo de su existencia.
Debutó en “Las tres Marías” (1902), junto a Jerónimo Podestá, y luego pasó por las compañías de Pepe Podestá y de Florencio Parravicini, con quien estuvo cuatro años.
Sus primeros éxitos lo encontraron encasillado en el personaje del compadrito, al que enriqueció y sacó de los gestos ampulosos y poco creíbles que caracterizaban las actuaciones teatrales de la época. “Hasta entonces era un elemento antipático, compuesto de todas las villanías y las miserias con que la ficción puede dotar a un personaje”, comentó el actor. “Yo lo modifiqué; puse en él otra sangre, otros sentimientos, otro lenguaje, otro rostro, y justamente en ese instante comenzó mi martirio, porque todos querían que lo interpretara y tardé mucho tiempo en desprenderme de él”, declaró.
El gran año fue 1916: en el teatro Nuevo debutó la Gran Compañía de Comedias Muiño-Alippi, con la obra “Guerra en tiempo de paz”, dirigida por José González Castillo y con el dúo Gardel-Razzano en los intermedios musicales.
Desde Noviembre de 1922 Muiño Alippi conquistan Madrid, con tres obras: "Cuidado con Los ladrones" "La Borrachera del Tango" y "El Último Gaucho" Pocos años después los problemas personales llevaron a una marcada enemistad entre Muiño y Alippi, que determinó la ruptura de la compañía en 1925, aunque para 1932 los ánimos se habían aplacado y los dos astros volvieron juntos a los escenarios.
Desde 1932 se sucedieron los éxitos y las giras nacionales e internacionales con títulos tales como “Así es la vida”, “Los tres berretines”, “Los mirasoles”, “Pan criollo” y “Lo que le pasó a Reynoso”, hasta la muerte de Alippi, en 1940. Además de su amigo y hombre de la noche, Alippi era una persona culta y un director severo, que logró pulir los excesos que aquejaban a su socio, frutos de años de un teatro popular y sin demasiados requisitos estéticos.
El doloroso trance de la muerte de Alippi marcó, sin embargo, el verdadero ingreso de Muiño al cine, desde el que consolidó la fama obtenida en el teatro y logró llegar al corazón del público de todo el país
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