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AQUEL TEATRO FILODRAMÁTICO, SOLIDARIO Y LIBERTARIO QUE PARIÓ AL TEATRO DE HOY




Por Roberto Famá Hernández 

Desde el último tercio del Siglo XIX las diversas olas de inmigrantes, preservando su identidad cultural y social en la nueva tierra, dieron lugar a infinidad de asociaciones civiles de colectividades por lugar de origen o por filiación política, tanto de anarquistas como socialistas y en años posteriores a exiliados republicanos durante la Guerra Civil Española.

Aquellas manos obreras trajeron un equipaje solidario, cultural y libertario que rápidamente se expandió por todo el país y en las sedes de sus agrupaciones sociales nunca faltó ni la biblioteca ni el “salón de fiestas” con su correspondiente escenario para que los músicos y elencos filodramáticos pudieran brindar su arte, porque con el arte se podía superar y aprovechar de una manera enriquecedora la problemática del desarraigo y la dificultades que implican el echar nuevas raíces en tierras extrañas.

Hacia 1924 se registraban, en la Capital Federal cerca de 150 espacios de diferentes agrupaciones y en 400 pueblos y ciudades de todo el país, más de 500 escenarios, entre medianos y grandes, donde se desarrollaban actividades musicales y teatrales. Un ejemplo a imitar resultaba el Vorwarts, de Rincón 1141 con capacidad para 600 personas, perteneciente a la colectividad alemana, una de las colectividades con mayor nivel organizativo o bien, el escenario de La Casa Suiza sobre la calle Rodríguez Peña que sobrevivió hasta hace muy poco y fue el reducto predilecto de la cultura afro desde los tiempos de Sarmiento hasta nuestros días. El que sí ha sobrevivido casi intacto es el Teatro Verdi, construido para lucimiento del arte lírico en pleno corazón del barrio de La Boca.

Teatro Verdi hoy
Un tercio de estos espacios pertenecía a agrupaciones de origen italiano, algo similar sumaban las españolas y luego de otras nacionalidades junto a agrupaciones anarquistas o socialistas conformaban el tercer tercio. Muchos de esos escenarios hicieron luego posible que el teatro comercial de aquellos años, pudiera salir de gira por el país. Fueron las agrupaciones sociales las que tejieron esa red de espacios escénicos y no los Estados provinciales o el nacional que no se ocuparon de construirlos.

La ruta escénica más transitada hacia inicios del Siglo XX era desde Buenos Aires, camino a Rosario y luego a Uruguay cerrando el triángulo en Montevideo; circuito creado por “obra y gracia” de las agrupaciones artísticas anarquistas y socialistas que necesitaban evadirse de la persecución policial, no quedándose fijos demasiado tiempo en un lugar y refugiándose en las distintas “sociedades de resistencia” denominación que se les daba a las asociaciones gremiales por oficios, que mayormente existían en pueblos y ciudades de ese circuito. 

Un repaso por los diarios de la época, nos permite dar cuenta que en Buenos Aires existían no menos de 42 agrupaciones o elencos filodramáticas de origen socialista o anarquista, en Rosario no menos de 10 y en Santa Fe al menos 6.

El primer objetivo de estas agrupaciones filodramáticas era la difusión de sus ideas libertarias mediante el arte escénico; las funciones se iniciaban habitualmente con un himno obrero, como “Hijos del Pueblo”

Hijo del pueblo, te oprimen cadenas | y esa injusticia no puede seguir. | Si mi existencia es un mundo de penas | antes que esclavo prefiero morir. | Esos burgueses, asaz egoístas | Que así desprecian a la Humanidad, serán barridos por los anarquistas | al fuerte grito de libertad.
Luego se presentaba el drama social o “boceto” y al término una conferencia dogmática o bien un debate abierto. No olvidemos que para estas agrupaciones filodramáticas lo importante no era hacer una función artística frente al público, sino con el público, el éxito era lograr que el espectador se involucre, se conmocione con lo que estaba sucediendo sobre el escenario

Silverio Manco, peluquero, actor y dramaturgo anarquista junto a su esposa, interpretando su obra breve "Navidad" en un improvisado escenario en la agrupación "Los Leones" en Lanús en la navidad de 1910.

Tanto para las agrupaciones políticas como para las agrupaciones de colectividades de origen, otro objetivo importante de cada función era la recaudación de fondos por venta de entradas y de rifas que se vendían antes y luego de la función, muchas veces con premios importantes; o una máquina de coser que ayude a solventar la economía familiar o un revólver con su correspondiente caja de balas en algunas agrupaciones anarquistas.

Lo recaudado en las agrupaciones de colectividades de origen era mayormente dirigido al sostén económico de la agrupación y asistencias de salud de la comunidad a la que representaban, mientras que en las agrupaciones socialistas y también en las  anarquistas, buscaban solventar sus publicaciones periódicas o dar sostén económico a las familias de aquellos militantes presos, muertos o deportados, o bien, hacían contribuciones solidarias con los huelguistas de tal o cual conflicto.

Las funciones, pese a no ser profesionales eran muy convocantes, el promedio era de 250 asistentes por función, las que llegaban a 500 entradas eran consideradas un éxito pero no eran tampoco propio de raras excepciones, acontecían sobre todo en determinadas fechas de patronos de cada ciudad de origen o en fechas tales como el 1° de mayo entre las agrupaciones políticas o sindicales o bien, cuando de la conferencia dogmática o del debate participaban figuras destacadas, como Alfredo Palacios entre los socialistas u otros referentes sociales de la época.

Estos grupos filodramáticos no sólo dieron lugar a infinidad de escenarios en el país, sino que de ellos surgieron grandes nombres de la dramaturgia rioplatense como Florencio Sánchez, Roberto J. Payró, José de Maturana, José González Castillo, Armando Discépolo y muchos más. La mística libertaria de estos elencos ha parido luego a nuestro teatro independiente de ayer y de hoy, del que se alimenta el teatro comercial, el oficial y el cine y la Tv, ya que es la usina, la fragua donde se forjan los artistas de nuestra escena, valorados en el mundo por su creatividad y capacidad interpretativa.

Antiguo Teatro Argentino




José "Pepe" Moncayo Cubas y la zarzuela en Buenos Aires Año 1913

José Pepe Moncayo Cubas

A este blog, que intenta rescatar del olvido algunos pasajes de nuestra historia teatral, le viene faltando más de una "entrada" dedicada a la zarzuela, que tanto éxito obtuvo en esta ciudad. Aquí pago,entonces, la primera cuota de esa deuda, con esta publicación que recuerda el paso por Buenos Aires de José "Pepe" Moncayo, un actor español que lleva en su nombre una parte enorme del llamado "Teatro Cómico Español" Transitó con éxito la zarzuela, el sainete español, la opereta y hasta la revista.


Av de Mayo en el año 1909
Hacia 1909 llega José Pepe Moncayo a Buenos Aires para presentarse en el Teatro Avenida. La zarzuela se hallaba en su apogeo, eran varias las salas porteñas que competían ofreciendo hasta en tres secciones diarias, las obras del género chico, y muy esporádicamente se presentaban las grandes obras ya consagradas, y cuando esto ocurría, muchas veces eran  "reducidas" a sólo un acto. Es que la competencia obligaba a ofrecer novedades constantemente sin importar mucho la calidad. No existía la pausa del feriado; se trabajaba en forma continuada, hasta en Navidad y Fin de Año, y se presentaban más de una obra por día en la misma sala. No obstante tanto trabajo y la fama de algunas figuras, para la mayoría de los integrantes de esas compañías, económicamente hablando, eran tiempos difíciles. Como ya dije, las novedades eran ávidamente esperadas y se mezclaban las escasas obras de calidad con páginas mediocres, pero unas como otras, más allá de sus méritos, resultaban a veces tan ocasionales, que no sobrevivieron al estreno. 

José Pepe Moncayo en el teatro San Martin de Buenos As  Publicado en Revista Teatros y Comedias de Junio de 1912
Hacia 1913 el panorama era el mismo y José Pepe Moncayo Cubas, con cuatro años en Buenos Aires, decide estrenar el 20 de agosto en el teatro La Comedia (construído en el año 1891 en la calle Artes -hoy Carlos Pellegrini- a la altura del número 248 y  que cayó bajo la piqueta en los primeros años de la década del cuarenta para dejar paso a la apertura de la Avenida Nueve de Julio)  la obra "Málaga" "Tierra de Flores" escrita por Antonio Gonzalez Navarrete, un autor del que no tengo referencia alguna, (agradeceré si alguien puede aportar la primera)  con música de Rafel Palacios, del que si constan sus diversas actuaciones como director de orquesta en el Teatro Avenida y otras salas.
Esta zarzuela, a Pepe Moncayo, le habrá interesado desde su título, ya que Málaga fue la tierra que lo vio nacer el 22 de Junio de 1863. Miembro de una estirpe familiar de actores y cantantes consagrados, debuta con sólo once años de edad y en 1894 ya era primera figura, desde esos orígenes fue la vena cómica la que él prefirió explotar y fue elegido para muchos estrenos históricos como “El Barbero de Sevilla” en 1901, o “La Alegría del Batallón” en 1909.



José Pepe Moncayo Cubas Año 1924
Dicen de José Pepe Moncayo Cubas que tenía en su vida cotidiana un humor chispeante, que era amante de fumar puros y de la buena cocina. Coterráneo de José Tallaví, que anduvo por aquí en los mismos años que Moncayo, es fácil imaginarlos disfrutando de charlas y buenos platos en el café "La Armonía" aquel que había sido fundado por los hermanos Caneda en 1899 en Avenida de Mayo 1002 y que se hiciera de fama por sus pucheros abundantes y porque luego de los teatros ofrecía chocolate con churros a los artistas que frecuentaban el lugar. En esas charlas, seguramente, ante el panorama que ya mencioné, habrá sostenido entre amigos y colegas, algunos conceptos que encontré en un reportaje a Moncayo del Diario ABC de Madrid, donde dijo: “Ahora todos quieren ser cabeza de ratón, pero cabeza, y al formar compañía a base de una primera figura, por ahí andan, por esos mundos de Dios, a la caza de las suculentas y cada vez más preciadas batatas” “Los autores terminan haciendo las obras “a medida” y limitando otros papeles. Antes, todos eran “tipos” que necesitaban de un actor para ser interpretados. Luego se escribieron los grandes números de conjunto destacando el trabajo sólo de las “estrellas” de los “divos” y esto produce el dislocamiento de los argumentos, la poca consistencia de las fábulas que vemos hoy”
"Málaga" "Tierra de Flores" fue seguramente una de esas tantas obras ocasionales más allá de sus virtudes o defectos, pero que hoy puedo rescatar del olvido y publicar aquí, porque su autor la publicó en esos populares cuadernillos de la época, que por muy pocos centavos se ofrecían en algunas librerías o kioscos de diarios. Aquí está, entonces, "Málaga" "Tierra de Flores" rescatada del olvido y para ser leida o interpretada , (Por qué no?) nuevamente casi cien años después.