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FANNY NAVARRO Y EL ENSAÑAMIENTO DEL ANTIPERONISMO





Por Roberto Famá Hernández

Héctor Olivera en su película del 2004, "Ay Juancito" fue extremadamente agresivo a la hora de retratar a una de las mayores divas del cine y del teatro que ha dado este país: la señora Fanny Navarro. 

Olivera se esmeró en retratarla con trazo grueso: según su película era una desaprensiva trepadora que, con tal de hacerse famosa, no dudó en subirse a la cama de Juan Duarte; hombre de finos bigotes, sospechado de corrupción, hermano de Eva Duarte y secretario privado del general Perón.

Pero la verdad es que no solamente Olivera, él y muchos pretenden aún hoy ignorar  que en 1934, cuando Juan Duarte era apenas un modesto vendedor de jabón en Junín, Fanny Navarro ya figuraba en el reparto de una ópera en el Teatro Colón que encabezaba, nada menos, Claudia Muzzio, y cinco años después protagonizaba "Ambición", el film de Adelqui Millar. Cuatro años antes de que Perón llegara a la Presidencia,  la revista Antena en su Nro 537 del 5 de junio de 1941 la dedicó su tapa.  

Es obvio, entonces, que cuando Duarte la conoció, Fanny Navarro ya era toda una reconocida estrella, con éxitos resonantes en su carrera  una muy buena actriz, del drama, la comedia y la revista porteña, que brillaba en el Maipo tanto como en el Cervantes, con un entremés ligero o protagonizando el Antígona Vélez de Leopoldo Marechal y, además era hermosa, una mujer de cabellos negros y sonrisa franca que al enamorarse de Juan Duarte se condenó a una serie de desgracias interminables. 

Si cometió errores, estos fueron agrandados por sus enemigos y los enemigos del peronismo (delaciones, confección de listas negras, bienes mal habidos, etc.) Quienes investigaron su vida nunca encontraron pruebas para acusarla de algo y, al contrario, descubren que ella fue, ya desde 1953 hasta su muerte, el chivo expiatorio del gobierno peronista en su caída, y de los siguientes gobiernos en su revancha. 

Una de las obsesiones de la Revolución Fusiladora de Aramburu  fue demostrar que Juan Duarte había sido asesinado. La comisión investigadora Nº 58 fue presidida por un tal  Molinari, pero en realidad estaba dirigida por Próspero Germán Fernández Alvariño, torturador sádico de la dictadura conocido como el Capitán Gandhi, que ordenó cortarle la cabeza al cadáver de Juan Duarte, con la excusa de analizar el orificio de la bala. 

La necrofilia antiperonista de este nefasto personaje Capitán Gandhi, no tuvo límites: durante uno de los interrogatorios a que fue sometida Fanny Navarro, el Capitán Gandhi mandó traer la cabeza tapada, que descubrió súbitamente ante la actriz. Ella se desvaneció en el acto. Jamás pudo recuperarse de ésta y otras crueldades. Aislada por sus colegas, su vida se precipitó como un meteorito. Los sesenta la sorprendieron con trabajo escaso y mal pago, al borde de la indigencia y con frecuentes ataques de pánico que la llevaron a sucesivos intentos de suicidio. Vivía prácticamente recluida, cuidando de su madre y de sus sobrinos. Enferma de las coronarias, de amargura y soledad, murió en 1971, a los 51 años.



1 comentario:

abel posadas dijo...

Por suerte, Olivera no tardará en morirse

abel posadas