José Tallaví en Hamlet |
Miremos la Buenos Aires de hace un siglo, aquella de1911: Vemos el asombro de porteños y recién llegados, porque la Avenida de Mayo abre sus entrañas pariendo el primer tramo (Plaza de Mayo - Plaza Miserere) de la línea A de subterráneo. Se baila con descaro el tango en "Armenonville" y en el "Pabellón de las Rosas" de Alvear y Tagle, al lado mismo del primer campo de juego de River Plate que tiene apenas 10 años de vida. En un bar de la esquina de Chile y Entre Ríos, se encuentran dos artistas que ya se conocían de mentas y deciden marchar juntos; son Gardel y Razzano.
Teatro Scala (hoy Maipo) año 1911 |
José Tallaví |
Es muy probable que ese ambiente de La Armonía le fuera propicio para situarse escénicamente en el bar de bohemios que Jacinto Benavente describe en su obra "La Losa de los Sueños" y que José Tallaví presenta en el Teatro Victoria de Buenos Aires a un mes de su estreno en Madrid, (pensemos que para la época podía considerarse casi un estreno simultáneo, claramente previsto por Benavente) Las siguientes dos fotografías son (hasta ahora) inéditas en Internet y nos muestran esa presentación de 1911:
Primer Acto La Losa de los Sueños Compañía de José Tallaví Teatro Victoria Diciembre 1911 |
José Tallaví en La Losa de los Sueños teatro Victoria Buenos Aires Diciembre Año 1911 |
Antonia Plana Fotografia hasta ahora inédita en Internet |
También fue Tallaví quien estrenó la mayoría de las obras de Florencio Sánchez y no sólo aquí y en Montevideo, sino que fue él quien hizo conocer a dramaturgos argentinos y uruguayos en Madrid, junto a María Gamez y otros artistas de primera línea.
Teatro Larrañaga en Salto Uruguay donde actuó José Tallaví |
Pero más de una vez le tocó representar obras facilistas y mediocres, que no estaban a la altura del buen teatro que él pretendía, pero que Tallaví utilizaba para acercar un público no habitué de las salas teatrales y en una segunda función a la que el público asistía con la misma entrada de la primera, presentaba las obras que él quería representar.
Se dijo de él que fue tal la meticulosidad en el estudio de los personajes que creara, tanta su dignidad profesional, que, por ejemplo, no representó nunca a Juan Tenorio por cuanto no podía entenderlo, compenetrarse en él hasta sentirse Tenorio. Recordemos que estamos a principios del siglo XX, cuando se declamaba, cuando Konstantín Stanislavski declaraba: "Nuestro programa es revolucionario; nos rebelamos contra el antiguo estilo interpretativo, la afectación y el falso patetismo, contra la declamación y la exageración bohemia, contra el erróneo convencionalismo en la puesta en escena y en los decorados, contra el star-sistem, que arruina el conjunto, y la mediocridad del repertorio" Es evidente que José Tallaví era Stanislavskiano sin saberlo, que como actor intuitivo había descubierto que la verdad escénica pasaba por la verdad interior y el personaje era una creación que pasaba por el sentir mismo del actor.
Tallaví, que fue por mucho tiempo discutido, que tuvo que luchar con la indiferencia de los públicos y de algunos críticos que lo creían presumido por su predilección por Otelo o Hamlet o por su obsesivo trabajo en los ensayos, que supo de muchos dolores, ingratitudes y miserias, se fue de este mundo cuando la vida ya no le era tan hostil y menos implacable, cuando el reconocimiento le prometía los mejores horizontes para su talento, con apenas 40 años en febrero de 1916
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