Margarita Xirgu
y José Ricardo Morales;
teatro español en el exilio republicano
Por Roberto Famá Hernández
Miembro de la Asoc. Arg. de Crítica e Investigación teatral
A la pieza de mi colección que hoy quiero compartir, la considero un emblema del teatro español en el exilio y es el programa de mano de la obra “El embustero en su enredo” del dramaturgo español José Ricardo Morales interpretado por Margarita Xirgu en el teatro Avenida en junio de 1945.
Autor e intérprete, ambos “desterrados” republicanos en Chile, estrenaron esta obra el jueves 11 de mayo de 1944 en el Teatro Municipal de Santiago de Chile y luego aquí en Buenos Aires, en esta temporada del Avenida. Vale entonces recordar, que para los artistas españoles republicanos, el destierro no fue sólo físico, sino también literario; durante y después de la Guerra Civil Española sus palabras se acallaron y pocos, muy pocos, lograron vencer la mordaza franquista dentro y fuera de España. Lo cierto es que ninguno salió airoso del régimen y fue, precisamente José Ricardo Morales quien decía que, bajo el régimen franquista, a los artistas le quedaban sólo tres categorías; la de “enterrado” como García Lorca, la de “desterrado” como se consideraba él y la de “aterrado” que le cabía a todos aquellos que bajo el régimen permanecían en España.
Xirgu y Morales se conocieron por gestión de Arturo Soria quien le dio a Margarita Xirgu a leer “El embustero en su enredo”. Ella ya era una artista consagrada de 56 años, el un joven de apenas 29. La obra le gustó tanto a la gran Xirgu que en seguida quiso conocerlo para concertar el estreno inmediato de la pieza. Y fue sólo el principio; enseguida Xirgu le rogó que se diera a trabajar en una adaptación de La Celestina para llevarla a la escena. Es que ambos se necesitaban para romper la mordaza del exilio y seguir haciendo teatro español. Aquel primer trabajo juntos lo recuerda así José Ricardo Morales en el libro “Margarita Xirgu en el destierro”
“Cuando puso en escena mi primera obra extensa, El embustero en su enredo, al efectuar los ensayos en el antiguo Centre Catalá de Santiago de Chile, indefectiblemente me preguntaba si estaba bien resuelta determinada situación o si algún personaje era el que debía ser. Su modestia era plena, tan absoluta que contrastaba decididamente con la actitud de algún director que haciéndose cargo de otra obra mía, tan sólo deseaba que el autor brillara por su ausencia o, si fuera posible, permaneciese para siempre bajo losa fría… Recuerdo que en aquellas ocasiones —eran mis veinte años— solía decirle: “Tú sabes infinitamente más que yo de teatro y eres la que decide”. “No —replicaba Margarita—, tú eres el autor y conoces muy bien qué pretendiste hacer en este punto”. Después, por cierto, al resolver la situación como tan bien sabía, la escena resultaba sorprendente y el primer sorprendido era el autor”
José Ricardo Morales también llegó a decir de Margarita Xirgu:
“no fue sólo actriz de obras sino que lo fue de autores. Aún más, aunque parezca excesivo, fue autora de autores y, sobre todo, de autores vivos, dándoles autoría y haciéndolos surgir del limbo oscuro en que los mantuvieron sus coetáneos, diferenciándose así de quienes recurrían a la obra acreditada, para operar sobre seguro y obtener fácilmente el éxito asegurado”
Quiero cerrar en homenaje a los desterrados, los enterrados y los aterrados por el franquismocon con una frase que le pertenece también a Morales.
“Yo creo que el destierro español ha sido la malversación de talento más grande que se haya producido en ningún país del mundo”
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