Estamos en la Buenos Aires de 1941. Aunque es febrero un viento demasiado frío del lado del río nos pega de frente; es noche de sábado y bajamos por la calle Victoria (hoy Hipólito Irigoyen) Poco antes de llegar a Perú, encontramos un bar con sólo un par de mesas ocupadas por algunos bohemios.
![]() |
Fotografía Puerta de Ingreso al teatro del Extra Cinematográfico Hoy funciona allí un hotel pero el ingreso al sótano se mantiene. |
Es ahí, al costadito, por esa pequeña puerta de vidrio. Algunas personas más van llegando, se detienen un momento y pasan casi en fila. Hay una luz amarillenta, un cartel pegado al frente que anuncia la función y esa escalerita angosta de baldosas rojas que nos lleva al sótano, donde funciona la pequeña sala del “Teatro del Extra Cinematográfico”
![]() |
Juan Soluccio en tarea de maquillaje |
![]() |
La bella Toti Muñoz entre el público asistente como "Inivitada Especial" de esa noche |
La dirección del grupo la ejerce uno u otro integrante, según las necesidades de la obra, y así tienen un repertorio teatral que les permite dos funciones diferentes cada semana: “El señor maestro” de José Beruti, “Raro Interludio” de E. O´Neill. “El hombre que yo maté” de Mauricio Rostand, “El señor corregidor” de Belisario Roldán y otras obras muy elegidas.
Entre estos batalladores del arte rescatamos del olvido algunos nombres: Juan Soluccio, Esther Raspini, Nelly Suárez, Rosarito Blasco, Nélida Sepúlveda, Héctor Figueras, José Monetta, Julio Sany, Félix Monetta, José Bruno, José Palmieri, Pablo Suárez, Ángel Servino y quién hace las veces de administrador del grupo: Enrique Smetana.
Los días de función llegan a las 9 de la mañana, trabajan todos por igual en los decorados, ensayos, limpieza, vestuarios, etc. Son los constructores del arte.
![]() |
Esther Raspini y Nelly Suárez integrantes del elenco |
En la sala podemos ver a los costados grandes fotografías o caricaturas de famosos del cine nacional autografiadas. Una luz de sala con apliques en el techo. Un escenario apenas levantado unos 50 centímetros del piso que tiene, a todo lo largo, un mismo nivel, por lo tanto la función hay que verla levantando la vista sobre las cabezas de las primeras filas y abanicos que se agitan a medida que el aire se hace más pesado.
![]() |
La Sala |
El aplauso del público es agradecido, cálido, lleno de admiración como el nuestro, porque en esta publicación del blog quiero brindar mi respeto y admiración a los cientos y miles de artistas que en grupos independientes, off, filodramáticos, vocacinonales o como quieran llamarlos hicieron (y siguen haciendo) el teatro argentino con enorme esfuerzo personal y "por amor al arte".
1 comentario:
Excelente entrada.
Publicar un comentario