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La compañía de Josefina Díaz-Manuel Collado

Fotografía autografiada de Josefina Díaz

La compañía de Josefina Díaz-Manuel Collado fue una de las más estables de todas las que pisaron los escenarios porteños, durante las primeras décadas del siglo XX Fueron ellos quienes estrenaron aquí varias de las obras de Alejandro Casona: La barca sin pescador (Teatro Liceo, 1945) bajo la dirección del mismo Alejandro Casona; La molinera de Arcos (Teatro Argentino, 1947) y La dama del alba (Teatro Ateneo, 1949) Como ya he dicho en otras entradas, Gori Muñoz acompañaba muchas de las obras de Casona con sus escenografías, pero de todas las realizadas por él, resaltaría la de La molinera de Arcos, para la que el escenógrafo diseñó figurines y decorados que aseguran eran una muestra de elegancia y buena realización. (Ver Gori Muñoz en el buscador de este blog )
Entre las otras obras que estrenó la compañía Josefina Diaz Manuel Collado con escenografías de Gori Muñoz, tenemos un repertorio donde se evidencian los aires de esa España lejana: de Benavente estrenan La fuerza bruta (Teatro Politeama, 1946) o Cuando los hijos de Eva no son los hijos de Adán (Teatro Argentino, 1947); de los franquistas hermanos Quintero, La puebla de las mujeres (Teatro Politeama, 1946), Las flores (Teatro Politeama, 1946) y Cabrita que tira al monte (Teatro Argentino, 1947). 
Pero el abanico de obras puestas por esta compañía era mucho más variado, como lo evidencian los siguientes estrenos: 
"Amada mía" de T. Rattingan (Teatro Politeama, 1946) del que publico aquí una pieza de mi colección (ver imágenes) Aquí durmió Jorge Washington de Hart y Kaupman (Teatro Politeama, 1946), El abanico de Lady Windermere de Oscar Wilde, Una ventana al mar de Peter Blackmore (Teatro Empire, 1948) del que presento otra pieza de mi colección (ver imágenes), Un mensaje a Margarita de James Paris (Teatro Empire, 1949), Con la vida de otro de Carlos Llopis (Teatro Empire, 1949) y ¿Sabe usted plantar repollos? de M. Achard (Teatro Empire, 1949).

Josefina Díaz de Artigas  si bien fue una actriz de teatro argentina, (1891-1976) estaba tan afincada a España que muchos la consideran española. Fue una de las grandes damas del teatro. Se formó en la Compañía de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. Comenzó a destacarse a partir de 1924, cuando estrenó Lecciones de buen amor, de Jacinto Benavente e interpretó El genio alegre de los Hermanos Álvarez Quintero. Un año más tarde, estos autores confiaron en ella para el estreno de La boda de Quinita Flores.
Formó compañía propia con su marido, Santiago Artigas, y estrenó, entre otras, obras de Eduardo Marquina (Fruto bendito, 1927), o de Manuel y Antonio Machado (Juan de Mañara, 1927), así como obras de autores extranjeros, como Casa de Muñecas (1929), de Ibsen.
Se une profesionalmente a Manuel Collado ya iniciada la década de 1930, Hay que destacar por encima de cualquier otra interpretación, el estreno de Bodas de sangre, de Federico García Lorca, en el que también participó Amelia de la Torre. Alejándose de los horrores de la Guerra Civil Española  se trasladan en gira por  Sudámerica que se prolonga hasta 1939. En 1951 fue designada profesora de la Escuela de Arte Dramático de Montevideo, tarea en la que permaneció hasta 1954.
De regreso a España, a instancias de José Tamayo estrena en el país La muerte de un viajante (1952), de Arthur Miller y posteriormente continuó actuando de manera esporádica hasta la década de 1970 con obras como El jardín de los cerezos (1960), de Chejov, con dirección de José Luis Alonso o Ligazón (1966), de Valle-Inclán.
La compañía Diaz – Collado no sólo estrenó obras de Casona, sino que además, el gran dramaturgo fue actor en algunas representaciones; el mismo Casona lo relata así: “En la compañía de Josefina Díaz y Manuel Collado llevábamos veinticinco títulos en el repertorio y las personas justas en la compañía. Un día, en Medellín, uno de los actores hizo el “salto del ángel” en una piscina para realizar una exhibición delante de sus compañeros. La piscina no tenía condiciones de profundidad y el actor se rasgó el cuero cabelludo. Fue un accidente escandaloso y el muchacho no pudo salir a escena hasta doce días después. Aquella noche de Medellín el teatro estaba vendido. Josefina Díaz y Manuel Collado se miraban sin saber cómo salir del paso. Pensé que había llegado mi momento, “mi oportunidad” como actor; pensé que podía yo resolver el problema que se planteaba y como lo pensé lo hice. Total, que me incluí en el reparto, haciendo una comedia por día. Llegué a interpretar hasta doce papeles diferentes y quedé muy contento de aquella experiencia.”
Frente y dorso programa de mano Teatro Politeama "Amada Mía" El original pertenece al colección privada de Roberto Famá coleccionesteatrales@gmail.com

Frente y dorso programa de mano Teatro Empire "Una ventana al mar" El original pertenece al colección privada de Roberto Famá coleccionesteatrales@gmail.com

Caricatura de Manuel Collado aparecida en tapa de "La Novela Teatral" año 1928
Josefina Diaz y Manuel Collado llevaron tambien con mucho éxito distintas obras a la radiofonía; en este anuncio gráfico de Mayo 1944, donde se publicita su versión de "Vidas Cruzadas" de Benavente por Radio Splendid, asi lo demuestra.




2 comentarios:

  1. GRACIAS POR ESTA MAGNÍFICA ENTRADA!!,TENGO MI BLOG DE HOMENAJE A DON ALEJANDRO CASONA. LA INOLVIDABLE COMPAÑÍA DE JOSEFINA DÍAZ Y MANUEL COLLADO PROTAGONIZÓ MARAVILLOSAS OBRAS COMO LA MOLINERA DE ARCOS Y SINFONÍA INACABADA, ES UN PLACER LEER EL BLOG!!

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  2. Conocí bien a Josefina Díaz; la primera vez que la vi tenía yo quince años, acababa de llegar de Montevideo y para mi fue algo impresionante. Tantos años oyendo hablar de ella a mis padres, habian creado como una aureola alrededor de su persona.Y no me defraudó. Amable, abierta, cariñosa, buena conversadora, sin afectación pero actriz hasta el tuetano de sus huesos. Tia Pepa nosotros no te olvidamos.

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