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Las imágenes reproducen el programa de mano de las funciones de Krinsky en el Teatro Payró Haga click sobre cada imagen para ver cada texto en detalle | |
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El programa original pertenece a la colección privada de Roberto Famá Hernández
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Jorge Goldenberg en 1986 (fotografia de Carlos Flyn) |
Es mayo de 1986 y en la incipiente democracia castigada por la inflación y la deuda externa, Alicia Moreau de Justo fallece a los cien años, mientras el Presidente Alfonsín lanza una iniciativa que sorprende a muchos:
una reforma constitucional para establecer un régimen menos presidencialista y
el traslado de la
Capital Federal a la ciudad de Viedma. Pero las discusiones más calientes son sobre Maradona y el mundial que se viene. Para Jorge Goldenberg el "ahora" tiene otra dimensión muy distinta; se pasea por el hall del Payró esperando el momento sagrado; él sabe que una obra no existe hasta que los personajes encarnen sobre el escenario y espera ese momento sagrado; no está nervioso pero sí ansioso, es que ya vió la "pasada general" y sabe que su amigo Jaime Kogan le ha dado todo lo que la criatura necesita para volverse integramente teatro. Goldenberg debe recordar, seguramente, aquella mañana de 1977 en Caracas, cuando despertó creyendo que lo que acababa de soñar era una obra completa de principio a fin, que sólo necesitaba ponerse a escribir; no fue así, seis años le llevó escribirla y otros tres para llegar hasta ese hall, a momentos del estreno.
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Había viajado por tres o cuatro meses a Caracas al inciciarse 1976. En abril, un amigo le aconsejó: "Mirá, Jorge, aquí, con estos milicos, la cosa está muy mal; mejor quedate" Y a un año, entonces, de su exilio, no es extraño que aquella mañana del 77 soñara con "Krinsky" una obra construida con saldos y retazos de orígenes, tradiciones, culturas y exilios.
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Jorge Mayor Interpretando Kinsky en el Payró Año 1986 |
¿Quién fue Krinsky? Se parece a aquel Krinsky que Jorge conoció en su niñez, en el partido bonaerense de San Martín donde vivía. Que era bibliotecario del barrio y fotógrafo de reuniones sociales y le sacaba fotos a la familia Goldenberg. Ahora, este Jorge del exilio lo ha soñado, y en esos seis años de elaboración ha hecho pasar por él todo un orden de conflictos, éticos, afectivos y de utopías sociales y en definitiva casi toda la obra es una gran batalla contra la muerte. En la obra, además de Krinsky, hay otro gran personaje; es el de Luba, (Juana Hidalgo) una mujer que, contrariamente a Krinsky, no quiere mirar el pasado. Él sí,él quiere cargar con todo, quiere que la historia pase por él, quiere que la revolución sea un hecho, quiere ser amado,y fundamentalmente no acepta morirse. Dice: "yo no puedo irme así" Quiere tener una buena muerte y convoca a todos los fantasmas de su pasado, para que le cuenten su vida a Luba y al público, para que den testimonio, que él debe seguir vivo, que a pesar de su aspecto sucio y desarreglado, es un hombre valioso. Lo que Krinsky evoca es un universo autobiográfico pero mítico. Los distintos personajes fantasmas terminan traicionándolo porque lo real se impone de un modo salvaje sobre el pasado deseado.
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UNA REFLEXION SOBRE LA DIRECCION DE KOGAN
Alcanza con ver esta fotografía (tomada por Carlos Flynn) donde vemos a Jaime Kogan dirigiendo "Krinsky" para darnos cuenta que este director no era sólo eso; era una especie de duende encarnado que se metía entre los personajes, los empujaba, les "daba letra" creo que Jaime no explicaba nada, vivía cada escena, es decir que cada energía pasaba por él y así la transmitía a sus actores. Jaime Kogan no ilustraba un texto; generaba un fenómeno creativo intenso a partir de su interpretación de la obra.
En Krinsky es probable que se haya sentido en su salsa, porque es una obra poética, plasmada de imágenes, no lineal en el desarrollo de la acción, con transiciones fuertes sin puentes y profundamente visual; ideal para Kogan que, por otra parte, mantuvo una larga amistad con el autor, lo conoció muy bien, podía "leerlo" y rondar su mundo.
La verdad es que Kogan fue tan grande que el teatro argentino no deja de extrañarlo.
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Jorge Mayor rodeado de por Laura Moss, Juana Hidalgo, Derli Prada, Pedro Cano, Carlos Martinez y Felisa Yeny
Krinsky se estrenó en el Payró con un acuerdo de coproducción con el Teatro Gneral San Martín. entiendo que fue presentada en Uruguay y es una lástima que después de25 años no sea rescatada para volver a escena en Buenos Aires.
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Era una niña y mi papá trabajaba como iluminador del teatro Payró.Muchas veces nos llevaba a mis hermanos y a mi.Gracias a eso tuve la suerte de ver esta y otras obras
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